Región del Bío-Bío
Presente:
Con cierto grado de preocupación me enteré, por medio de la edición on-line de El Mercurio, que el Consejo Regional de la Región del Bío-Bío había aprobado el cambio de uso suelo del Club Hípico de Concepción, de áreas verdes recreacionales a área inmobiliaria, tal como lo solicitó el directorio de la entidad hípica. Se esgrime como principal argumento para el cambio de uso suelo la carencia de espacios para la expansión del Gran Concepción, de acuerdo a lo señalado por el Serviu, en concordancia con la Cámara de la Construcción.
Lo preocupante es que la solicitud, realizada por un privado quien ve legitimamente en esos terrenos una posibilidad comercial importante (quintuplicar el valor comercial), sea acogida por las instituciones del Estado (el Serviu y el Gobierno Regional), simplemente para favorecer a un sector productivo determinando, el inmobiliario; sin incorporar consideraciones estratégicas relativas a la planificación territorial y de desarrollo sostenible, como por ejemplo, la consolidación de una ciudad con una diversidad de actividades recreativas, deportivas, sociales y culturales, o la conservación de áreas verdes y recreacionales para el beneficio de la población. Tampoco considera el impacto social de dejar a 700 personas sin trabajo, y evidentemente menos, aún el restarse como ciudad, de una actividad deportiva que se desarrolla en las principales ciudades del país y de una red con un alto potencial de desarrollo a nivel latinoamericano.
Es preocupante además, en una ciudad con una clara carencia de espacios recreacionales, se adopte la desición de cambiar el uso suelo solo por factores económicos inmediatos. Esto sin considerar, que dicho tipo de decisiones económicas son de corto plazo, pues no se piensa en un desarrollo económico integral de la comuna de Hualpen y del territorio Metropolitano, más acorde con las características de la sociedad del conocimiento, donde se posicione a la ciudad como un destino atractivo para las inversiones, negocios, la investigación y la entretención, con multiplicidad de actividades, diversidad social y cultural y respeto por las pocas tradiciones culturales que aún subsiten.
La rentabilidad económica de un sector productivo no debería ser la principal preocupación de un Consejo Regional, sino el desarrollo social, cultural y económico de la Región y de su población. Sin embargo, con una mirada estratégica, es posible percatarse que cuidar los elementos territoriales que le dan valor agregado al tejido urbano, así como a la sociedad que lo habita, tiene un impacto social y económico importante, positivo y sustentable en el tiempo. Desafortunadamente, tanto la historia como la diversidad del Gran Concepción no se ven reflejadas espacialmente en su territorio, y son pocos aquellos elementos que refuerzan la identidad y le dan un carácter particular, como lo hace el Club Hípico. Al eliminarlos, simplemente por una consideración economica de corto plazo que favorece a algunos pocos particulares, se corre el riesgo de ver la ciudad convertida en una sucesión interminable de casas y departamentos, similar a tantas otros.
Presente:
Con cierto grado de preocupación me enteré, por medio de la edición on-line de El Mercurio, que el Consejo Regional de la Región del Bío-Bío había aprobado el cambio de uso suelo del Club Hípico de Concepción, de áreas verdes recreacionales a área inmobiliaria, tal como lo solicitó el directorio de la entidad hípica. Se esgrime como principal argumento para el cambio de uso suelo la carencia de espacios para la expansión del Gran Concepción, de acuerdo a lo señalado por el Serviu, en concordancia con la Cámara de la Construcción.
Lo preocupante es que la solicitud, realizada por un privado quien ve legitimamente en esos terrenos una posibilidad comercial importante (quintuplicar el valor comercial), sea acogida por las instituciones del Estado (el Serviu y el Gobierno Regional), simplemente para favorecer a un sector productivo determinando, el inmobiliario; sin incorporar consideraciones estratégicas relativas a la planificación territorial y de desarrollo sostenible, como por ejemplo, la consolidación de una ciudad con una diversidad de actividades recreativas, deportivas, sociales y culturales, o la conservación de áreas verdes y recreacionales para el beneficio de la población. Tampoco considera el impacto social de dejar a 700 personas sin trabajo, y evidentemente menos, aún el restarse como ciudad, de una actividad deportiva que se desarrolla en las principales ciudades del país y de una red con un alto potencial de desarrollo a nivel latinoamericano.
Es preocupante además, en una ciudad con una clara carencia de espacios recreacionales, se adopte la desición de cambiar el uso suelo solo por factores económicos inmediatos. Esto sin considerar, que dicho tipo de decisiones económicas son de corto plazo, pues no se piensa en un desarrollo económico integral de la comuna de Hualpen y del territorio Metropolitano, más acorde con las características de la sociedad del conocimiento, donde se posicione a la ciudad como un destino atractivo para las inversiones, negocios, la investigación y la entretención, con multiplicidad de actividades, diversidad social y cultural y respeto por las pocas tradiciones culturales que aún subsiten.
La rentabilidad económica de un sector productivo no debería ser la principal preocupación de un Consejo Regional, sino el desarrollo social, cultural y económico de la Región y de su población. Sin embargo, con una mirada estratégica, es posible percatarse que cuidar los elementos territoriales que le dan valor agregado al tejido urbano, así como a la sociedad que lo habita, tiene un impacto social y económico importante, positivo y sustentable en el tiempo. Desafortunadamente, tanto la historia como la diversidad del Gran Concepción no se ven reflejadas espacialmente en su territorio, y son pocos aquellos elementos que refuerzan la identidad y le dan un carácter particular, como lo hace el Club Hípico. Al eliminarlos, simplemente por una consideración economica de corto plazo que favorece a algunos pocos particulares, se corre el riesgo de ver la ciudad convertida en una sucesión interminable de casas y departamentos, similar a tantas otros.
Es decir, se trata de un cambio cuyos únicos beneficiarios serán los accionistas del Club Hípico y las Empresas Inmobiliarias, pero no el Gran Concepción como entidad territorial, ni la comuna de Hualpén, quienes verán reducido su escaso volumen de áreas verdes, y empobrecida las posibilidades de recreación. En vez de eliminar los espacios de recreación existentes, sería más inteligente buscar los medios para conseguir nuevas inversiones en espacios que promuevan nuevas actividades.
Sin otro particular se depide atentamente
Juan Carlos Santa Cruz Grau
No hay comentarios:
Publicar un comentario