sábado, 4 de abril de 2009

"Cambiarle la cara" al fútbol chileno ... sus orígenes


Quizás pocos saben que a fines del próximo mes se cumplen 99 años del primer partido internacional de la selección chilena de fútbol. Jugado en Buenos Aires, el partido terminó en una clara derrota a manos del combinado local por 3 a 0, marcando el comienzo de un siglo con más frustraciones que alegrías.

No es secreto que en aquel entonces el fútbol estaba mucho más desarrollado en Uruguay y Argentina, a pesar que en todo el continente era un deporte amateur. Con el pasar de los años, el desarrolló del fútbol se hizo tan evidente que Argentina decidió organizar un Campeonato Sudamericano de Selecciones (actual Copa América) en 1916, lo cual promovió la creación de la "Conmebol" el mismo año. Chile participó de ambos eventos, junto a Argentina, Uruguay y Brasil, convirtiéndose en uno de los pioneros del fútbol regional.

Sin embargo, el bajo nivel de difusión, pues era aún un deporte amateur, principalmente de la élite urbana y comercial, que mantenía ocupados a los jóvenes de origen britanico (y algunos de sus amigos de otras nacionalidades), con pocos recursos materiales, sin una disciplina, y organización seria, era el trasfondo que impedía un desarrollo mayor de la actividad. En los años sucesivos la situación cambiaría radicalmente, al convertirse en un deporte popular. Pero dicho cambio fue evidentemente más lento en Chile que en sus países vecinos.

Así dadas las cosas, en los primeros 4 Campeonatos Sudamericanos, el cuarto de ellos disputado en Viña del Mar (en 1920), el combinado nacional ocupó la última posición, consiguiendo apenas 2 empates en 12 partidos oficiales. En la 5 versión, los problemas internos de la federación y los pauperrimos resultados, llevaron a Chile a no participar del Sudamericano de Buenos Aires de 1921. Luego faltaría a las versiones de 1923 (Montevideo) y 1925 (Buenos Aires).

Sin embargo, ya algo se estaba gestando, pues a pesar de lo rígido de las estructuras de la federación (llamada entonces Football Association of Chile, y afiliada a la Football Federation de Inglaterra) que seguía en manos de inmigrantes británicos y las élites locales, el futbol había trascendido las barreras sociales y económicas, y estaba siendo prácticado con éxito en un sinfín de federaciones fundadas a lo largo y ancho del país, entre ellas, por ejemplo, la "Asociación Obrera de Fútbol".

Estos movimientos abogaban por una expansión de la actividad y sus estrcuturas, rompiendo el carácter "elitista" las federaciones de Valparaíso y Santiago, que mantenían restringido el número de clubes. En este marco, a duras penas logró filtrarse Magallanes en 1904, convirtiéndose en el club más popular de la capital en aquellos años. Sería en el seno de Magallanes, donde las ideas de profesionalizar la actividad, de realizar un trabajo serio, con metodologías de entrenamiento, daría sus mayores frutos. Pues al no tener cabida en las estructuras del club, el grupo de jóvenes que portaba adelante el sueño de "cambiarle la cara" al fútbol chileno, decidió fundar un nuevo Club en 1925, al que llamaron Colo-Colo.

Hasta el momento de la fundación de Colo-Colo, la Selección Chilena (que en sus orígenes jugaba de blanco), había jugado 32 partidos, logrando apenas 5 empates y 27 derrotas, a manos de Uruguay, Argentina, Brasil y Paraguay (a partir de 1921). Sin embargo algo cambió en el otoño de 1925, pues no solo se fundó Colo-Colo, sino que rápidamente se convirtió en un fenómeno de masas, pues incorporaba innovaciones como el entrenamiento, una mayor preparación física y algunas funciones tácticas (aun rudimentarias), alzándose con el torneo local el mismo año. Al año siguiente se hizo cargo de la selección el italiano Giuseppe Rosetti, teniendo como desafío la conducción del plantel nacional en el X Campeonato Sudamericano a disputarse en Santiago en 1926, incorporando a 4 jugadores albos, y algunos que luego vestirían la camiseta alba (Guillermo Subiabre, Guillermo Saavedra y Ulises Poirier)

Así se llegó al 12 de octubre de 1926. En el partido inaugural, en los Campos Sports de Ñuñoa, Chile enfrentaba a la escuadra boliviana que hacía su debut en competencias oficiales. El resultado fue un rotundo triunfo chileno por 7 a 1, en el cual el capitán y fundador de Colo-Colo marcaría 4 goles. Luego Chile caería con Uruguay (a la postre Campeón del torneo) por 3 a 1, y empataría con Argentina a 1 gol. En su última presentación vencería a Paraguay, con un claro 5 a 1, gracias a una tripleta de Arellano. Finalmente en igualdad de puntos con Argentina, Chile ocuparía el 3 tercer por diferencia de goles (+ 8 Chile, +11 Argentina).

Aquel año, marca un antes y un después para la selección chilena, por primera vez ganó un partido internacional (luego de 16 años), por primera vez no terminaba el torneo en último lugar, y por primera vez uno de sus jugadores (David Arellano) se convertiría en goleador del certamen con 7 tantos. A partir de entonces se comenzó a creer y a soñar, con que era posible ganar algo alguna vez. La federación, siguiendo el existoso ejemplo de Colo-Colo, decidió aventurarse organizando una gira por Europa en 1928 para participar de los Jugos Olímpicos de Amsterdam, y aceptando la invitación al Mundial de futbol de 1930 en Uruguay, pero es parte de otra historia.



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